Existe otra clase de espejo. Y ese espejo está en ti. Y no te muestra tus ojos, no te muestra tus orejas, no te muestra tu nariz, no te muestra tus imperfecciones, sino que te enseña algo más. Te enseña lo valiente que eres. Te enseña la alegría que tienes. No te enseña lo que no tienes, sino lo que tienes.