Vivir la vida conscientemente es como una flor, y esta existencia es este árbol magnífico que florece y entonces, cuando vives tu vida conscientemente, hay una búsqueda de sentirse pleno, de querer conocerte. Y entonces cuando te conoces, emerge la gratitud más asombrosa. Y ese es el fruto; que puedes compartir esa gratitud, aquello por lo que estás agradecido.