Cuando una guerra sucede, mueren inocentes. De la misma forma, cuando estás en guerra contigo mismo, los momentos inocentes de tu vida son sacrificados. Porque son inocentes. Pueden ser cualquier cosa. Nunca he visto más inocencia que en un instante de la existencia. Es totalmente inocente cuando llega a ti. Solamente te trae una posibilidad. Puedes crear un monstruo si lo deseas o puedes experimentarlo como el tiempo más tierno y gentil, un tiempo contigo, escuchando ese sentimiento que llena el corazón, que hace que surja la gratitud.