Cuando llego al hogar que es este momento llamado el ahora, Siento que mi corazón danza de agradecimiento. Quizá broten lágrimas, pero son de alegría, no de tristeza. Cada fibra de mi ser se regocija por estar vivo. No estoy buscando el mañana, ni siquiera el próximo momento. Y eso es bueno, porque ese es el momento en que puedo vivir para siempre.