“Cuando surge el tema de Dios y se pregunta:
¿Dónde está Dios?”, señalamos hacia arriba.
Permíteme hacerte una pregunta, una pregunta sencilla.
¿Cuándo algo es muy, muy valioso para ti, dónde lo pones?
Yo viajo mucho. Tengo que mostrar mi pasaporte en migración.
¿Dónde crees que pongo mi pasaporte?,
¿Sabes dónde pongo mi pasaporte? Aquí, en mi bolsillo.
Y siempre que pienso:
¿dónde está el pasaporte?,
¿sabes lo que hago? Lo toco.
Cuándo algo es realmente valioso para mí,
no lo pongo lejos.
Lo pongo lo más cerca posible.
Tan cerca de mí como sea posible.
¿Es Dios valioso para ti?
Para mí es muy preciado.
¿Entonces, dónde debería estar Dios?
Si Dios estuviera lejos de mí, me olvidaría.
Pero, ¿dónde está Dios, dónde está esa divinidad?
En mi corazón.
Donde quiera que vaya, lo llevo conmigo.
Sin importar lo que haga, está ahí.
En los buenos momentos
y en los malos momentos, está ahí.
Cuando me pierdo, está ahí.
Y cuando me encuentro, esa divinidad está ahí.
-Prem Rawat en Lima, Peru 27 de abril del 2011