Disfrutar no tiene límite. No hay límite para la claridad, la alegría, el aprendizaje verdadero. No hay límite para la comprensión. No se puede decir: “Comprendo demasiado”. La ignorancia tiene límite pero, ¿qué límite tiene la comprensión? Comprende cada día que existe una belleza con la que puedes llenarte una y otra vez. Existe la alegría.