Existe lo divino, existe lo divino. ¿Cómo lo sé? Sé que existe lo divino porque las nubes se mueven. Sé que existe lo divino porque siento mi aliento que entra y sale. Sé que existe lo divino cuando miro hacia el cielo y veo las estrellas. Un poder que crea todo esto y lo mantiene. Y es lo único que está en todas partes.