Existen soluciones; hay soluciones. Pero la solución empieza primero contigo. Cuando eres feliz, la felicidad es contagiosa. Por eso te gusta rodearte de personas que son felices, porque la felicidad es contagiosa. No te gusta estar entre personas enojadas, siempre llorando, porque esto también es contagioso. La tristeza es contagiosa. La alegría es contagiosa. Encuentra en ti el origen de la alegría, y ojalá te contagie. ¡Te contagie! Y, disfruta esta vida. Disfruta esta existencia. Disfruta este ser.