Mientras sigamos embrollados en los protocolos; mientras sigamos embrollados en nuestras ideas sobre cómo deben ser las cosas; mientras sigamos soportando la carga que otros han puesto sobre nuestros hombros, seguiremos sintiéndonos atrapados. Cuando esté claro que no podemos permitir obstáculos entre nosotros y la plenitud, entonces, y solamente entonces, podremos empezar a comprender qué es lo que buscamos todos. Solamente entonces será real la pasión por comprender.