Puedes tratar de convencer a tu mente de millones de maneras, pero a menos que tu corazón sienta esa alegría, nada hará la diferencia. No se trata de la lógica, se trata de lo que tú sientes. Esto no se trata de nuestros fracasos, se trata del éxito. No se trata de cuántos alientos no llegaron, sino del que llegó. Se trata de tu vida ahora mismo.