Una persona viene a este mundo: otro velero. La vela sube. El viento sopla, y el barco empieza a moverse. ¿Quién lo conduce? ¿Va a algún lado? O, ¿o se mueve a la deriva? O va hacia el bello destino que se le ha dado a cada uno de nosotros: disfrutar, en el verdadero sentido. Sentir paz, en el verdadero sentido. Estar pleno, en el verdadero sentido.