El ritmo de la claridad



¿Has escuchado tu música? ¿Has escuchado ese ritmo, ese compás que suena dentro de ti? Porque si no lo has escuchado, no sabes lo que es el verdadero espectáculo. ¿A qué me refiero? Cuando escuchas esa maravilla que llevas en tu interior, ese espectáculo se llama "paz". Y cuando estás en paz, cuando sientes paz, estás vivo. Esto ya lo sabes. Lo sabes. Te lo digo, pero tú ya lo sabes. Siempre lo has sabido, siempre. La cuestión es: ¿estás dispuesto a hacer algo al respecto?
Percibimos como real lo que vemos. ¿Quién eres? Te miras y dices: ese soy yo. Pero hay quienes opinan que esto no es real, que esto no es verdadero, que lo real es otra cosa, que lo verdadero es otra cosa. ¿A quién creemos? Ahí quiero llegar. No creas a nadie. Por favor, no creas a nadie. En lugar de creer, conoce. No creas, conoce. Conócete a ti mismo. Conocer quién eres. Ser consciente de lo que significa en tu vida esta bendición llamada "respiración". Cada día, cada momento que llega y te ofrece el regalo de estar vivo; la posibilidad.
¡Ah! Sí. ¿Y qué hay de la canción? La canción. ¿La has escuchado? Ha estado sonando. Lleva sonando desde que eras pequeño, y seguirá sonando hasta tu último aliento. Y siempre que oigas esta canción te llenarás de paz. ¿Me crees? No lo hagas. No me creas. Todo este asunto de las creencias le ha acarreado graves problemas al mundo. Es hora de que sepas por ti mismo de lo que estoy hablando. No podemos permitirnos el lujo de vivir con dudas. Debes escuchar esta canción y sentir paz en esta vida; no una vez, sino todos los días. Todos los días.
Cuántas personas dicen: "No me interesa la paz. Tengo cosas que hacer. ¡Soy un hombre ocupado! Muy ocupado. Tengo responsabilidades". Hay algo que está mucho más ocupado que tú. ¿Sabes qué es? El tiempo que se te escapa entre los dedos. Por la noche, cuando no estás tan ocupado, cuando estás durmiendo, roncando, el tiempo se ocupa de ti, empujándote, empujándote, un poco más y más. Sí, como arrojar un cadáver al mar. Te va empujando hasta el día que caes. ¡Se acabó! ¿Qué quieres hacer? ¿Qué es lo que quieres hacer?
Solo valoras la vida cuando sientes que te empujan hacia el agua. Pero luego dices: "Vámonos de fiesta". ¿Quieres fiesta? Adelante. Hay una fiesta montada dentro de ti, la fiesta de la paz. ¡Únete a ella! Hay baile. Baila. Hay ritmo. Síguelo. Suena una canción. Escúchala. Y si puedes, tararéala. Tararéala. Canta. Vive.
Pero no me creas a mí. No lo hagas. Deberías conocer por ti mismo de lo que hablo. Esto es diferente, no consiste en que yo lea un libro, asimile los conceptos y os lo cuente. No soy un predicador. No. Quiero evocar en ti, quiero evocar en mí, la necesidad de sentir paz todos los días y regocijarme al saber que se encuentra tan cerca de mí, como lo está de ti.
Quédate quieto, sereno. Te mueves demasiado aquí arriba. Cálmate. Si quieres ver la magia, serénate. Lo cuestionas todo. Serénate, porque las respuestas te llegan en forma de aliento. Quieres oír la música, pero te mueves demasiado, haces demasiado ruido. Permanece en silencio y escucharás la música más hermosa, la música de tu corazón.
Tu ritmo, tu ritmo, un aliento y luego otro, ese es tu ritmo. ¿Comprendes que es un gran milagro?



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