He conocido a personas muy pobres y otras muy ricas. Y todas dicen lo mismo “Quiero paz en mi vida.” Cada uno de nosotros puede ser esa lámpara encendida, encendida con el conocimiento, encendida con la comprensión, con la claridad, y así tenemos el potencial de encender una cantidad ilimitada de lámparas. Esa es la posibilidad. Una lámpara encendida puede encender innumerables lámparas apagadas. No solamente es posible, sino que comienza contigo.