Una noche estaba acostado tratando de dormir y pensaba, ‘¿Por qué esto salió mal?, ¿Por qué esto otro salió mal?’. De pronto, algo dentro de mí dijo: ‘Para. Lo más importante que está sucediendo no es que todo esté mal. Lo más importante que está sucediendo es que este aliento está entrando en ti’. Entonces me dormí. La confusión, desapareció.